Cosificación

El concepto de cosificación de las mujeres , sobre todo relacionándolo con la sexualidad, pero no solo, se remonta casi hasta la ilustración ya que las mujeres si no somos sujetos, somos objetos. Es en los años 70 donde se va más allá sobre esta idea, se profundiza.

Carol Pateman en 1995 habla del contrato sexual, cuando se vincula a las mujeres con la naturaleza y se nos reduce a un objeto para el uso de los hombres ya sea en la casa, en el soporte emocional o en la sexualidad.

Andrea Dworkin antes que ella ya veía la sociedad y sus relaciones de poder atravesada por la sexualidad. La sociedad y la sexualidad se construyen mutuamente, se atraviesan. Lo vemos claramente cuando el poder , un tipo específico va ligado por ejemplo a contratos que se hacen en prostíbulos. Esta autora ya decía que había hombres que entraban en las mujeres como “como si fuésemos vestíbulos y ascensores”

Otra ahora posterior Catherinne McKinnon ya hablaba de que el dominio masculino es sexual, la sexualidad es otro espacio donde practicar poder. Yo diría que es el ESPACIO, donde la falta de libertad de las mujeres se muestra con mayor crudeza por eso cantamos cada 8m que solas y borrachas queremos llegar a casa. Sin la amenaza a nuestra libertad que también es sexual.

Pero después de este cortito, cortito repaso a nuestra a la historia del concepto veamos que es exactamente, podríamos decir que la cosificación ocurre cuando a una persona se la trata como un objeto en lugar de como a una persona, lo que implica deshumanizarla y por ende se puede hacer con ella lo que queramos.

Esta cosificación , sobre todo en términos de sexualidad también tiene repercusiones para nosotras, si somos cuerpo este pasa a un lugar central. Así lo vemos en anuncios, series, libros, canciones, vídeos musicales, redes sociales. Hasta la que se dice más empoderada se objetiviza, se convierte en objeto para ser relevante. Y entonces parece que sólo nuestro cuerpo habla de nosotras, de ahí a la pérdida de autoestima va poco trecho.

Si sólo somos cuerpo , nuestra mente no importa.

Y cómo llegamos a construir la cosificación: en el audiovisual se ve estupendamente. Cuando aparecemos por trocitos, cuando se nos utiliza para vender desde tractores hasta chicles, cuando aparecen muchas mujeres que parecen todas iguales e intercambiables, cuando se nos muestra siempre dispuestas al sexo y anhelantes por ser deseadas y más y más y más. Todo violencia simbólica, ea

No me voy a enrollar más, porque podríamos hablar de cómo construirnos como cuerpos afecta a nuestra estima, a nuestro bolsillo a nuestras relaciones y a nuestra sexualidad…como poco. De ahí a hablar de la pornografía ya queda poco…pero lo dejaremos para otro día.

Me despido con una recomendación , si no habéis visto el documental de hace unos años: Miss escaparate, ya lo estáis buscando, todo lo que os he contado está ahí..

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